Sono belle le coso

27 agosto 2010

Sono belle le cose, belli i contorni
degli occhi
e i contorni del rosso
gli accenti sulle a, lacrime di pagliacci
le ciglia delle dive
le bolle di sapone,
il cerchio del mondo è bello
l'ossigeno delle stelle
e la poesia dei ritorni,
di emigranti e isole,
cercando l'invisibile: l'appartenenza
è bello il fuoco
e il sonno
e il buio petulante gola dei fantasmi
e il brodo primordiale padre nostro
che cola in questi nomi 

Gianmaria Testa

Un chiste para pensar...

25 agosto 2010

Una niña va a un restaurante con sus padres. El camarero se acerca y le pregunta: "¿Qué desean?".
La niña suelta: "quiero un perrito caliente". Su madre mira la carta y dice: "Quiero pescado hervido".
"Suena bien - afirma el padre. Se vuelve al camarero y le dice: "serán tres de pescado hervido".
El camarero inclina la cabeza y vuelve a la cocina. A través de la puerta se le oye decir: "Luis, dos de pescado hervido y un perrito caliente". "Mira mamá - dice la niña -  cree que soy real".

Para mi trovador

Tienes que ser como un juglar de la corte que huye durante la noche.
El rey te rogará que te quedes,
incluso te ofrecerá la mano de la princesa con tal de que sigas cantando.
Pero tú eres un juglar y debes rechazar su oferta,
porque sin caminos que recorrer no hay música.

(Hijas de la Alegría)








La imagen está tomada de aquí


(En la lejana Edad Media aparece en la Europa Meridional la figura del trovador, un poeta que dedica su vida a cantar el amor. Creador de la poesía, el trovador lo es también de la música: escribe el poema y la música con que debe ser cantado. Todo un mundo perdido de damas y caballeros, de música y poesía... )

Ser padres

20 agosto 2010

Las personas que temen ser padres,
no entienden que la paternidad no es
algo que hace alguien perfecto,
sino que perfecciona a quien lo hace.
El producto final de criar un hijo
no es el hijo, sino el padre.

- Frank Pittman -

Confianza

17 agosto 2010

Quizá yo no sea la persona más indicada para publicar esto... no cuando yo misma no he sabido dar valor a la confianza en mí depositada. Y no es que me haya pasado una vez, me ha pasado varias, en distintas circunstancias, provocando en todos los casos heridas que quizá nunca se borren. A mí también me ha pasado, pero creo que no hay culpables, todos somos inocentes, pero hay que ser responsables y asumir las consecuencias de nuestros actos.  Y aunque algunas veces no seamos conscientes de por qué hacemos las cosas, y otras sí, me gustaría seguir confiando en que todo ocurre por una razón.

Es un texto del libro Inteligencia del Alma, de Jose María Doria.

CONFIANZA

El momento más oscuro de la noche de la vida, ocurre un instante antes del amanecer.

Vicente Ferrer



¿Qué sucede cuándo sentimos que "tocamos fondo"?, ¿acaso cuando más oscura es la noche, es justamente cuando la vida da paso al alba? Si observamos las leyes de la naturaleza, veremos que el crudo invierno da paso al sol de la primavera y que en lo más profundo del fruto caído, se halla la semilla dispuesta. Ciclos ascendentes que llegan a su cenit y comienzan a descender hasta "tocar fondo" y volver a emerger a un nuevo episodio de existencia. Un principio que, como Ley del Ritmo, señala el permanente cambio y transformación de todas las cosas.

Cuando uno experimenta en el mismo día una pizca de frustración y otra de esperanza, un punto de crispación y otro de sosiego o bien pinceladas de incertidumbre y más tarde de confianza, se puede preguntar, ¿existe algún estado mental que realmente permanezca? La respuesta es obviamente No. La realidad se construye con un material tan fugaz como lo puedan ser los pensamientos. Y, ¿somos capaces de mantener algún pensamiento durante unos minutos? La respuesta es evidente al observar que la corriente de las ideas es tan chispeante como efímera.

Lo mismo sucede con las sensaciones y las emociones. ¿Podemos alargar el placer que sentimos al comer un alimento exquisito cuando éste ha sido ya masticado? ¿Podemos alargar la emoción de satisfacción por un trabajo bien hecho? o ¿la exaltación del abrazo a un ser querido? La respuesta sigue siendo No. Lo único que tenemos es el presente, y lo único que permanece ante esta ilusionada noria que toca fondo y se eleva, es la observación y la consciencia de tan rotunda impermanencia. Algo que corre a cargo del Testigo inmutable. El Yo Real e imperturbable que ni se mueve, ni se altera.

Si uno mantiene su atención a los cambios y ondulaciones que su mente experimenta, sucede que tal observación sostenida nos despierta y libera. En el fondo de nosotros mismos, sabemos muy bien que la vida tiene sentido tanto en la incertidumbre, como en la certeza. En el Universo infinito todo es movimiento. Átomos, moléculas, células, órganos, planetas y estrellas se mueven, orbitan y cambian. De la misma forma, pensamientos, emociones y sensaciones también fluyen en suaves ondas que vienen y van a lo largo de ciclos que se alternan.

Cuando uno sufre, conviene que observe su dolor y también, cómo tras él, brota la esperanza. No hace falta que dediquemos gran esfuerzo para superarlo, ni que hagamos grandes ingenierías en la mente confusa por la tormenta. Simplemente, cuando llegue la noche oscura del alma, fluyamos hacia adelante y dejemos que lo próximo llegue y que, de todo ello, uno suavemente aprenda. Todo son vivencias que acontecen en la gran espiral de la experiencia. Confiemos en el cambio. En realidad, somos mucho más que los juegos ondulantes de la mente alterna. No somos víctimas, ni verdugos. El dolor es transitorio y forma parte del diseño, como lo puedan ser el placer y la satisfacción plena.

Tengamos confianza en el Ritmo del Universo. Todo sucede por algo, y a veces, es duro nacer a una nueva etapa, pero uno bien sabe que detrás de lo que sucede hay crecimiento y enseñanza. Cuanto más difícil es el momento, más cerca está el cambio abrupto por el que nacemos a otra esfera. Si ahora hay nubes de dolor y confusión en su vida, acepte, observe, mantenga la atención... usted bien sabe que esto también pasa.


Texto perteneciente al libro del autor: "Inteligencia del alma"

Jose Maria Doria jmdoria@escuelatranspersonal.com

¿Definirme yo? No, gracias

14 agosto 2010

Estaba esta mañana tumbada al solecito, después de darme un baño en la piscina... y me he puesto a pensar sobre aquellas personas que dicen: "yo soy así, y ya no puedo/voy/soy demasiado viejo para... cambiar"...
Y ese pensamiento se ha cruzado con algo que me leyó mi amigo Alberto anoche, y que yo misma escribí: "No voy a definirme, porque eso es imposible"... el resultado ha sido: "No es que sea imposible definirme... es que no quiero definirme!".

Por definición, la definición (jajajajaja, uy, una palabra autoreferente... a ver si me voy a colar en un bucle...) implica estatismo, inmovilidad, imposibilidad de cambio: un perro va a ser un perro hoy, mañana y dentro de cien años...

Si yo me definiera, podría significar que yo voy a ser igual hoy, mañana y dentro de cien años... y yo no quiero eso, no quiero autilimitarme, cerrarme puertas y ventanas, ser incapaz de cambiar mi forma de pensar, comportarme y ser. Si quiero seguir creciendo, tengo que cambiar, y con el cambio es imposible la autodefinición estática. Yo no soy hoy la misma que seré mañana. Si así fuera, lo único que haría sería hacerme daño a mí misma.

Así que... be water my friend...

Un cuento cherokee

09 agosto 2010

Un sabio abuelo cherokee le decía a sus nietos
"Dentro de mi tengo dos lobos que pelean sin cesar: el lobo de la Confianza y el lobo del Miedo. ¿Quién creeis que ganará?"
Y uno de sus sabios nietos le contesta: "Al que alimentes más. El otro morirá de hambre"

De la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio

03 agosto 2010



Personalmente soy de las que creen que el crecimiento personal pasa por la observación a uno mismo y atención constante. Que no es fácil, pero se intenta. Aunque, evidentemente, siempre podemos tener la suerte de contar con alguien que nos eche una mano en esta labor (o no me dirán que una de las especialidades del ser humano no es ver la paja en el ojo ajeno...). El problema está en que a lo mejor esa viga no nos deja ver la suerte que se tiene con contar con alguien así.

Pero a veces esa viga también nos impide ver más cosas. Por ejemplo, las razones por las cuales alguien nos saca de nuestras casillas, siempre, da igual la situación o circunstancia. Hay algo en esa persona que nos pone de los nervios y la sola idea de enfrentarnos a ella nos altera.

Este es mi caso. Digamos que la persona que me altera es incapaz de hilvanar dos frases seguidas y usa muletillas constantemente. Tarda muchísimo en completar una frase al hablar.  Es cuadriculado y una vez se le ha metido una cosa en la cabeza nadie es capaz de sacarlo de ahí. Jamás admite un error y prefiere dejarte por mentiroso antes que admitir que se ha equivocado. Tarda muchísimo en captar conceptos nuevos o abrirse a ideas nuevas... Bueno, y lo voy a dejar aquí porque los que me conozcan bien ya saben de quién hablo. Y también saben de mi proverbial impaciencia (mi caballo de batalla), con lo cual, personalmente se me hace insufrible estar con esta persona. Pero  no me queda más remedio.

El tema está en que hay un concepto en psicología, denominado "la sombra" y acuñado con Carl Jung, y que englobaría todo aquello que está en nuestro subconsciente, todo aquello oscuro y que no aceptamos de nosotros mismos. Y precisamente, por no verlo en nosotros, lo solemos ver en los demás, y es esa parte de los demás que refleja nuestra sombra lo que más nos saca de nuestras casillas. 

Y dándole vueltas a este tema, tuve que hacer un auténtico ejercicio de introspección para averiguar qué reflejaba de mí esa persona que tanto me sacaba de mis casillas, porque así, a primera vista, cualquiera que me conozca sabe que somos como el sol y la luna, totalmente opuestos: yo con facilidad de palabra (demasiada a veces), capto los conceptos bastante rápido, admito mis errores... No ha sido fácil, pero sí provechoso: y es que su misma dificultad para expresarse, la tengo yo también. En distintas circunstancias y de distinta forma, pero en el fondo significa lo mismo.

Mi viga es no hablar cuando debo hacerlo, no defenderme o defender mis derechos. Callarme por cobardía o por no crear más problemas donde ya los hay. O hablar cuando debería callarme.  Es el no saber decir "basta" o "no". O es el no decir directamente y a las claras todo lo bueno que llevo dentro, directamente y a la cara. Y sí, también tengo que reconocer que soy tremendamente cabezota.

Tengo suerte, no todos tenemos a alguien que nos da una patada en el culo, o que nos refleja aquello que más nos saca de nuestras casillas para que nos demos cuenta de nuestros propios fallos. Ahora sólo me queda averiguar qué es lo que tiene que enseñarme mi némesis personal desde hace casi diez años... y que vuelve una y otra vez...