Sentirse querido

31 marzo 2009


En una de las cartas que Jorge Bucay escribe en su libro "Cartas para Claudia" hace una reflexión que en su momento me impactó un poco:
"Siempre he pensado que la respuesta más hermosa a un "te quiero mucho" es "y yo me siento muy querido por ti"

Y esto tiene que ver con el "mostrar" (hacer algo evidente para que tú lo veas) y el "demostrar" (es una actitud que intenta probar algo para que tú lo creas)... y como dice el autor: "cuando muestro, parto del prejuicio de que tú no ves, y cuando demuestro, parto del prejuicio de que no crees".

Cuando no existen los prejuicios, cuando la aceptación es total, simplemento soy yo mismo, y actúo según lo que siento, sin ocuparme de lo que veas o lo que sientas...

Y aquí me toca hacer un par de reflexiones en voz alta: en muchas ocasiones, cuando le recriminamos a alguien (ya sea amigo o pareja) que no nos sentimos queridos, comprendidos, escuchados, atendidos... dónde está la frontera entre una necesidad nuestra no satisfecha y la actitud del otro?

Si hay algo que he aprendido es que no se pueden presuponer los pensamientos y sentimientos de los demás, porque la mayoría de las veces, y salvo que tengas la capacidad de leer la mente y los corazones (y la mayoría nos creemos que la tenemos... no nos engañemos), te sueles equivocar, entonces, cuando no te sientes querido, cómo saber si es porque la otra persona se comporta tal cuál es, o es que tú tienes una expectativa de cómo se tiene que comportar la otra persona para satisfacer una necesidad que tú tienes (y aquí ya se llega al colmo de un egoísmo mal entendido)?

Es difícil distinguir entre amor y necesidad, entre ese "amor de cuento de hadas" en el que un príncipe azul (o princesa) vendrá a rescatarnos de nuestras tribulaciones, y colmará todas nuestras necesidades... y un AMOR, así con mayúsculas, en el que nos damos cuenta de que con quien queremos compartir parte de la aventura es con el sapo horroroso, tomando el sol con él al lado de la charca...


La conclusión a la que llego con esto es que la única forma de AMAR es vaciarse de cualquier deseo y expectativa...

Parálisis por análisis

26 marzo 2009

Este post está relacionado con el anterior, porque para mí, sólo se alcanza la verdadera madurez cuando dejamos de analizar algo, una y otra vez, y comenzamos a actuar. Quizá por eso a mí me quede mucho por madurar.

Las palabras son de Martín Castro:

"Muchas veces, cuando miramos mucho un problema, nos olvidamos de la solución. Es como estar en el desierto muriéndonos de sed, llegar a un oasis con agua y seguir contando lo sediento que estamos... en lugar de beber!
Si se lo hubiera captado en su esencia... el problema ya no existiría! Así, las largas descripciones de un problema no se encaminan hacia su solución. Cuando hablamos y hablamos sobre un problema, estamos contando nuestra manera de ver el mundo: una visión que -por supuesto- reforzará y justificará dicho problema, malgastando nuestra energía en lugar de conservarla para la solución.
Un problema encierra también su solución. Si vemos el problema sólo como problema no vemos el Todo y terminamos sabiendo mucho acerca del problema... pero nada de su solución.
Necesitamos redireccionar nuestra mirada y ampliarla con la intuición. Intuición que se activa cuando nuestra energía no se disipa en largas explicaciones. Si captamos la solución, ¿de qué nos sirve saber tanto del problema?"

Aún así, gracias a todos los que me han ayudado a darme cuenta de cuáles son mis problemas, que me han enseñado que hay otros caminos.

Dependencias

22 marzo 2009

Digamos que me estoy leyendo un libro de medicina, que habla de cómo las dependencias, tanto físicas como mentales, nos afectan en la sociedad que hemos creado. Dependencia al trabajo, a la opinión de los demás, dependencias de unos ideales sociales, físicos y económicos que nos han inculcado desde que éramos pequeños... dependencia de la comida, dependencia de la rutina diaria...

Y digamos que salgo del trabajo con una amiga, y va y me suelta: "hasta este domingo no me había dado cuenta de la dependencia que tengo de mi rutina diaria, y lo mucho que me cuesta romperla y luego me afecta, tanto psíquica como físicamente... aunque disfrute muchísimo haciéndolo".

Voilá. Se hizo la magia... me encanta.

Me encanta darme cuenta de estos pequeños detalles que se ponen en mi camino. Me gusta también darme cuenta de que estoy rodeada de personas que se plantean los mismos temas que yo, aunque la mayoría de las veces sea fráncamente difícil hablar sobre esto ("si lo cuento la gente pensará que soy un bicho raro.. que vaya cosas que se me ocurren").

Dependo del qué dirán, mi madre depende de ello, y mi padre, mi abuela, mis hermanos, mucha gente que conozco... muchos pensamos que los pensamientos de los demás están centrados en nosotros, para bien o para mal. No es así, pero no nos damos cuenta, porque, en el fondo, a veces, nos gustaría que fuera así, que fuésemos tan importantes para los otros, que sus pensamientos fuesen para nosotros. Eso alimenta nuestro ego. Pero, si realmente mis pensamientos, la mayoría de las veces giran en torno a mi propio ombligo, ¿por qué los pensamientos de los demás deberían ser distintos?... darse cuenta de una dependencia así es un paso para su solución, pero ésta no llega más que con una férrea voluntad para cambiar nuestra forma de pensar.

Dependo del trabajo, de una idea de triunfo y éxito valorada en una posición social y económica. En la idea del que más trabaja y se sacrifica consigue su recompensa, una recompensa que al final no llena, está vacía, porque en esa lucha por el triunfo me he dejado atrás lo que más me importa, que, dejémonos de tonterías, soy yo. Y entendamos este "lo que más me importa soy yo", como un egoísmo sano, un "preocuparse por uno mismo, por mis sentimientos, mis sensaciones y mis deseos, como medio para conocerme a mí mismo y obtener lo mejor de lo que pueda dar, tanto a mí mismo como a los demás".

Dependo de la comida, como un escudo protector frente a mi inseguridad frente al mundo. Buscando llenar con la comida un vacío que se debe llenar con amor hacía mí misma, cuidándome, cuidando lo que me rodea, dándome cuenta de que soy importante, de que me merezco todo lo bueno que pueda imaginar y más, al igual que cualquiera.

Dependo del amor mal entendido. De un amor mostrado como atención constante, ansia de un amor que es dependencia hacia mí, y mía hacia los demás. Quizás este sea una de las dependencias más difíciles de romper. A veces, parece que la única solución es romper con todo y aislarse, para aprender a autodepender de uno mismo, y cuando los huecos han comenzado a llenarse, volver a salir al mundo, para seguir llenándonos ayudando a los demás a rellenar los resquicios que queden entre sus vacíos que ya no son tales, y que ellos nos ayuden a nosotros.

Dependo de la idea de que debo ser buena hermana, amiga, madre, compañera y esposa, anteponiendo las necesidades de los demás a las mías, pues es lo que me han enseñado que debo hacer. Y a veces acabas dándote tanto a los demás que ya no te queda nada para darte a tí misma, y el amor que se suponía que dabas se acaba transformando en rencor, por que fuí yo la que no supo parar a tiempo.

Asumir que casi todos, en cierta medida, sufrimos de estas dependencias, es sólo un pequeño paso. Si día a día lo único que queremos es quedarnos en la cama y no levantarnos, no enfrentarnos a nuestro jefe, a la vida que hemos escogido, si tenemos dudas... quizá sea hora de cambiar, arriesgarse y seguir nuestro instinto.

Es difícil encontrar la motivación para cambiar, para asumir nuestros fallos, para hacer algo para cambiarlos, o para buscar ayuda para hacerlo, para seguir adelante con la decisión tomada... todo es cuestión de ser valientes, pero ese valor puede estar atado por todas las cuerdas de nuestras dependencias...

Éxito


Si piensas que estas vencido, lo estás.
Si piensas que no te atreves, no lo harás.
Si piensas que te gustaría ganar,
pero que no puedes, no lo lograrás.
Si piensas que perderás, ya has perdido.
Porque en el mundo encontrarás que el
éxito comienza con la voluntad.
Todo esta en tu estado mental,
porque muchas carreras se han perdido
antes de haberse corrido;
Y muchos cobardes han fracasado
antes de haber empezado.
Piensa en grande y tus hechos crecerán.
Piensa en pequeño y quedaras atrás.
Piensa que puedes y podrás.
Todo esta en el estado mental.
Si piensas que estás aventajado, lo estás.
Tienes que pensar bien para elevarte.
Tienes que estar seguro de ti mismo
antes de intentar ganar un premio.
La batalla de la vida no siempre la gana
el más fuerte o el más ligero,
porque tarde o temprano,
el hombre que gana,
es aquel que cree poder hacerlo.

Aberraciones estéticas

Dicen que para gustos los colores. Y es cierto que cada uno, en su web personal, en su blog, o lo que sea, puede dar rienda suelta a sus gustos y a su imaginación... pero cada vez que por casualidad o buscando información, llego a un sitio de esos inundado de hadas que sueltan confeti, lucecitas de colores, se cambia el puntero del ratón y se convierte en una estrellita... y cosas similares... de verdad, me dan ganas de salir corriendo.

Y tú, ¿trabajas o te esfuerzas?

14 marzo 2009

Me encanta la sincronicidad de las pequeñas cosas. Esta semana me he leído el segundo libro de Haruki Murakami (de los que hay traducidos al español... sí, me enganché...), "Tokio Blues", y en el libro y en uno de los blogs que sigo habitualmente, Kirainet.com, he encontrado, prácticamente a la vez, el tema del título, tratado de una forma similar, y que me ha hecho reflexionar.

En el libro de Murakami aparece un personaje llamado Nagasawa, un chico universitario que estudia para trabajar en el cuerpo diplomático. Inteligente, respetado (e incluso ligeramente temido) por todos. Con un don innato para conseguir que los demás hiciesen lo que él quería... hijo de un millonario, a simple vista parece que para él todo ha sido fácil, que puede conseguir lo que quiera con sólo pedirlo... un personaje que camina sobre el filo de la navaja. A pesar de todo, el personaje se esfuerza:
-Nagasawa: " Muchas veces la vida me da miedo, como a todo el mundo. La diferencia está en que no lo admito como premisa. Quiero llegar hasta donde puede empleando todas mis fuerzas. Tomando lo que quiero, dejando lo que no quiero. Si meto la pata, me detengo y lo reconsidero. Si uno le da la vuelta a esta sociedad injusta, entiende que en el mundo puede explotar sus posibilidades"...
...
-Protagonista: "A mí me da la impresión de que en este mundo la gente se mata trabajando"
-Nagasawa: " No es más que trabajo. El esfuerzo del que hablo es algo que se hace por propia iniciativa, con un propósito determinado".

"Nunca habá pensado en la diferencia entre esfuerzo y trabajo. Estaba demasiado ocupado para hacerlo".

En el post de Kirai, habla sobre el valor del esfuerzo, el tesón y la perseverancia como medio para conseguir nuestras metas. Porque no se aprende un idioma en diez días, ni a programar, ni siquiera a controlar nuestras emociones... todo es el fruto del trabajo y el esfuerzo. Como dice el post: aprender en 10 años, porque 10 años de práctica es lo que te puede convertir en un maestro... 10.000 horas de trabajo y estudio, unas tres horas diarias, durante 10 años.
Mozart era un genio, que había tocado, antes de los 10 años, más de 20.000 horas, Nadal es un genio del tenis que ganó su primer torneo con 8 años, y llevaba ya cuatro años con la raqueta en la mano!

En España llevamos demasiado tiempo con la cultura del pelotazo y la ley del mínimo esfuerzo, hace unos años, cuando les preguntában a los niños por la calle qué querían ser de mayores, la respuesta solía ser "famoso", "salir en Gran Hermano" y cosas así...

Evidentemente todo tiene que tener un término medio, pero a veces estamos tan concentrados matándonos a trabajar, que se pierde de vista el rumbo y el objetivo. No distinguimos la diferencia entre trabajo y esfuerzo (yo la primera), porque, ¿qué es lo que realmente merece nuestro esfuerzo?: así, a bote pronto, me vienen a la cabeza las respuestas típicas, pero, que el fondo, son las verdaderas, lo más importante: la familia, los amigos, nuestros sueños, nuestros hobbies...

Por eso me he hecho un sólo propósito para "mi nuevo año", que ahora comienza: esforzarme por no volver a perder de vista mis sueños, por estar siempre ahí, por dedicar tiempo a mi gente, a mis hobbies, esforzarme por mostrarme tal y como soy...

Y tú, ¿trabajas o te esfuerzas?

Me gustaría ser agua...


Soy el agua de la lluvia, caigo sobre una tierra sedienta que clama... calmo su sed... la tierra, las plantas me aman... me ama la Tierra, soy su sangre, le doy la vida... me aman los hombres que viven de la Tierra, que viven en ella... me odian los animales desamparados que viven en la calle, me odia la gente sin hogar...


Soy el agua de un estanque, quieta, oscura, sucia... demasiado tiempo quieta...


Soy el agua de las lágrimas de una mujer, soy la expresión de la emoción, soy el reclamo de los afectos incondicionales... soy el símbolo de la alegría y la pena...


Soy el agua de un río caudaloso. Soy el caldo de la vida, soy el movimiento de la naturaleza, soy el ruido del bosque y la pradera... soy el dulce que será sal mañana, cuando llegue al mar.


Soy el agua de una fuente cristalina, soy la bañera de un millón de pajarillos, soy el trago que calma la sed del caminante, soy la claridad del día... soy el símbolo del fluir y de la vida...


A vece soy vapor... a veces hielo.

Y en todas las formas de ser, soy útil, soy inútil... y hasta, a veces, soy dañina.

Porque nunca trato de ser lo que no soy.

Porque admito ser la parte del todo y no el todo.

Porque soy muchas cosas y una sola.

Porque no soy más de lo que soy,

pero tampoco menos.


(adaptación de una carta de Jorge Bucay)

Una carta


Cierro los ojos y vuelo...
aparezco donde tú estás.
Te veo,
me acerco.
Te recorro con mi mirada.
Más cerca.
Te acaricio.
Siento tu piel.
Tus manos están frías (hoy están frías).
Te huelo.
Mis labrios rozan tu frente.
Y tú ni te das cuenta.
O quizás sí.
Quizás en este momento estás pensando en mí
sin saber por qué...


Cumpliendo un año...


Ha pasado algo más de un año desde que escribí la primera entrada del blog, el 26 de febrero del 2008. La primavera está volviendo, mis almendros ya florecieron y los pétalos volaron... llevándose con ellos su perfume... comienzan a salir las hojas... comienzan a formarse los frutos... semillas de una nueva vida, siempre la misma, siempre cambiante...


Me gustaría decir que todo ha cambiado, pero todo sigue igual... o quizá no... hay una semilla plantada, que lucha por salir al exterior, el camino es difícil y duro, y no sabe que hay ahí afuera...
hace falta paciencia y mucho amor, calor del sol y lágrimas de lluvia para que la semilla germine, deje atrás su cáscara y encuentre el valor de enfrentarse al mundo... de enfrentarse a su destino.